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Ver a un perro en vídeo también reduce el estrés, según la ciencia.

  • Foto del escritor: Huellas y Letras
    Huellas y Letras
  • 7 ago
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MIDIA  MASCOTAS

 

Los perros muestran una clara preferencia hacia contenidos de televisión donde aparecen otros perros, según los últimos estudios realizados.

Los perros muestran una clara preferencia hacia contenidos de televisión donde aparecen otros perros, según los últimos estudios realizados.

Entre las ventajas del formato virtual es que también protege el bienestar de los perros participantes.

 

Ver vídeos de perros en redes sociales es, para muchas personas, un pasatiempo placentero, casi terapéutico, pero ahora sabemos que no es solo una sensación subjetiva. Un nuevo estudio científico ha confirmado que ver durante solo cinco minutos a un perro de terapia en pantalla puede reducir significativamente los niveles de estrés, incluso sin contacto físico y sin necesidad de interactuar. Y no solo funciona con estudiantes estresados por los exámenes, también ayuda a personas adultas fuera del ámbito académico.

 

Una intervención breve, virtual y eficaz

 

El estudio, liderado por John-Tyler Binfet (Universidad de British Columbia Okanagan) y Christine Tardif-Williams (Universidad Brock), parte de una pregunta concreta: si interactuar físicamente con un perro de terapia ya ha demostrado beneficios para reducir el estrés, ¿podría lograrse un efecto similar con una experiencia virtual?

 

Para comprobarlo, desarrollaron una serie de vídeos breves, de apenas cinco minutos de duración, protagonizados por perros y sus guías del programa B.A.R.K., una iniciativa universitaria conocida en Canadá. En cada vídeo, cuidadosamente diseñado, se incluía una introducción tranquila, una breve narración en voz suave, indicaciones sensoriales (“imagina que acaricias al perro”, por ejemplo), y un mensaje de cierre.

 

No eran grabaciones improvisadas, sino que se trataba de módulos estructurados para reproducir, en la medida de lo posible, los efectos de una sesión presencial con un perro de terapia.

Más de mil participantes y el estrés bajó en todos

 

La investigación se dividió en dos fases: la primera con casi mil estudiantes universitarios (963) y la segunda con 122 personas adultas no vinculadas al ámbito académico. En ambos grupos, tras ver el vídeo, los niveles de estrés bajaron de forma significativa.

 

Entre los estudiantes, la media pasó de 3,33 a 2,53 puntos (en una escala de cinco). En el grupo de población general, la reducción fue de 3,07 a 2,43. Es decir, el efecto no solo fue claro, sino bastante consistente entre públicos distintos.

 

Uno de los resultados más llamativos fue la diferencia por género, ya que las mujeres estudiantes partían de un nivel más alto de estrés antes del visionado de los vídeos, pero experimentaron una bajada tan marcada que, después del vídeo, sus niveles eran similares a los de los hombres. En cambio, ni la edad ni otras variables sociodemográficas parecieron influir significativamente en los resultados.

 

Sea como fuere, el resultado fue contundente y la experimentación de sentir alivio tras ver al perro en vídeo fue generalizado.

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Más allá del contexto universitario

 

Aunque en los últimos años ya se habían investigado los beneficios de los perros de terapia en formato virtual, muchos estudios anteriores estaban condicionados por el contexto de la pandemia, cuando los encuentros presenciales eran inviables. La novedad de este estudio es que se ha realizado en un momento en que las sesiones cara a cara ya se han reactivado, y aun así, los vídeos siguen funcionando.

 

Esto refuerza la utilidad de los módulos virtuales como recurso complementario (o alternativo) a las intervenciones presenciales. De hecho, los investigadores destacan que pueden ser especialmente útiles para personas con ansiedad social, que evitan acudir a terapias grupales, o que viven en entornos rurales o bien con limitaciones de movilidad.

 

Tal como señaló una de las participantes en el estudio: “Me encantan los perros, había pensado alguna vez en ir a una sesión con ellos en la universidad, pero la parte de interactuar con humanos me daba ansiedad. Con el vídeo, eso desaparece”.

 

Una opción sencilla, ética y de bajo impacto

 

Además de sus beneficios psicológicos, los módulos virtuales tienen otra gran ventaja y es la de proteger el bienestar de los propios perros. En eventos presenciales, los animales de terapia pueden acabar sobreestimulados, agotados o estresados por la cantidad de personas, ruidos y movimientos. En cambio, los vídeos no les suponen ningún esfuerzo adicional ya que el mismo contenido puede compartirse miles de veces sin afectarlos.

 

Por otro lado, este tipo de intervención no exige logística, ni desplazamientos, ni cita previa. Basta con tener cinco minutos y acceso a internet. Es, en palabras del equipo de investigación, una herramienta fácil de usar y eficaz.

 

Además, los investigadores subrayan que este tipo de vídeos pueden servir como un primer paso, una especie de puerta de entrada para quienes todavía no se sienten cómodos recurriendo a terapias psicológicas más convencionales. Y proponen que, en el futuro, se integren con otras técnicas como la meditación guiada o los ejercicios de respiración.

 

Encuentro entre Jose Álvarez, paciente de larga duración, y su perro Pelitos, este martes en el Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (Galicia). El Complejo Hospitalario Universitario de Ourense ha lanzado 'Can da Man', un programa que permite a pacientes de larga estancia recibir la visita de sus mascotas para apoyo terapéutico. La idea, en suma, es mejorar el bienestar emocional de los internos, como Pepe, a través de un proyecto pionero en Galicia que está generando interés en hospitales españoles.

 

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Límites del estudio

 

Como cualquier investigación científica, este trabajo también tiene sus limitaciones. Por ejemplo, no se incluyó un grupo de control que viera vídeos no relacionados con animales, lo que impide saber si el efecto se debe únicamente a los perros o si cualquier contenido relajante podría generar un alivio similar.

 

Tampoco se midieron los efectos a largo plazo, así que no está claro cuánto dura ese descenso de estrés tras el vídeo. Y, como ocurre con frecuencia en estudios de bienestar y emociones, la mayoría de participantes eran mujeres, lo que puede influir en la generalización de los resultados.

 

Aun así, la solidez de los datos y la magnitud de la muestra convierten este trabajo en un aporte valioso dentro del creciente campo de las interacciones entre humanos y animales.

 

Así que la próxima vez que alguien te diga que estás perdiendo el tiempo viendo vídeos de perros, ya puedes responder con argumentos científicos: estás cuidando de tu salud mental. https://www.20minutos.es/animaleros/perros/ver-perro-video-reduce-estres-ciencia_5727587_0.html

 

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